jueves, 26 de noviembre de 2009

Domingo en el río caliente

La primavera es el lugar mas chingón de guanatos, punto.

Y claro, no fué creado por los tapatíos, sino que más bien hemos hecho todo lo posible por darle en la madre, con mucho éxito por cierto.

El bosque según wikipedia tiene 30,500 héctareas y es un área protegida desde 1980 con más de 1000 especies y 135 de aves. Un paraíso.

El domingo pasado en un impulso por limpiarnos por unas horas de la sucia rutina de esta ciudad de mierda, mis hijos y yo nos encaminamos hacia el río caliente para relajarnos un rato y remojar las nalgas, sentados entre los pinos.

El deterioro e invasión del bosque resulta evidente conforme uno se va a adentrando el el lugar, alambrados, casas, basura y grafitti me hicieron pensar muchas cosas, por ejemplo como chingados un área supuestamente protegida tiene miles de dueños particulares.

Una de las cosas que sí me dió gusto fué encontrar una nueva caseta con un guardabosques bien vestido y muy puesto que nos preguntó algunas cosas tales como si llevábamos mascotas, asadores y que la basura que produjéramos la trajeramos de regreso. Confieso que hasta gusto me dió pagar los 20 varos que me cobró. ( Claro que al llegar a la entrada al río lo primero que vimos fue un pinche cerro de basura, 5 familias con asadores macro y los chingos de perros por doquier. viva mexico)

He de decir que exponer a mis hijos a situaciones sociales y naturales diferentes a lo que viven cotidianamente me produce un placer inmenso, una satisfacción genunina y un tanto perversa.

En este caso, este lugar de la primavera es particularmente popular y en todo momento está lleno de la raza mas raza de guanatos. una delicia si lo vemos con ojos antropológicos o queremos llevar a alguien muy fresa para joderlo un poco.

Familias enteras sentadas a la vera del río o dentro de él daban un espectáculo único de desechables, comida de todos tipos, ropa en lugar de traje de baño, no sé, muy pintoresco en verdad. Siempre me he sentido atraído por el pueblo de una extraña manera.

Cuando llegué pensé que el paseo había valido madres, mis hijos se quejaron de todo lo que pudieron, que si el río estaba demasiado caliente, que lo estaba, que si las piedras, los perros, no hay baños y demás...íbamos armados de agua, donas y papas fritas.

A los 20 minutos estaban completamente adaptados y explorando sin zapatos entre las rocas cual hombres del cromagnon, yo era un padre orgulloso de que pudieran ser tan silvestres también, y puedan combinar su educación burguesa y citadina con la vivencia del México rupestre que es tan suave.

El lugar en sí, lo repito, si uno se abstrae de algunas contingencias no tan chidas es poca madre, uno se sienta en los remansos del río bañado por aguas minerales que vienen de la tierra, en un paisaje de pinos y encinos, inmejorable en verdad.

Pasado un buen rato, un tanto insolados y con el cuerpo flojo y relajadísimo por el efecto del agua caliente, decidimos emprender la retirada hacia la urbe ruidosa y contaminada que a pesar de todo nos cobija.

Tengo como propósito el hacer excursiones periódicas al bosque por distintos accesos para conocerlo más. Es un lugar increíble con sorpresas inagotables que me permite conectarme con la naturaleza y sentirme orgulloso de guanatos.

Acaban de comprobar mediante cámaras, que hay pumas en el bosque, cosa que me pareció la mejor noticia del año. Lo bueno es que la natura se recupera sola con el tiempo.

Ojala a los panistas nunca se les ocurra hacer alguna obra brillante o instalacion deportiva/negocio personal en el bosque, como están a punto de hacer en el disparate y el bajío ambas zonas protegidas supuestamente. Lo bueno es que ya van de salida y se la van a pelar horrible en el 2012.

Por ese bosque y su protección si sería capaz de volverme activista.

De regreso puse música de banda para molestar a mi hija, una costumbre mía ya añeja, y a los 3 acordes ella me dijo algo como quita eso papá está horrible, y yo le dije oh mija es la música del pueblo......

Si papá pero yo soy de la ciudad.... chale, me dejó callado un rato