lunes, 8 de junio de 2009

Gastronomìa Tapatìa 1

A los tacos de la moto, tengo yendo, con seguridad màs o menos unos 15 años.

En realidad se llama tacos Zaragoza, aunque estoy seguro que no soy el ùnico que los denomina como los de la moto. Si a mis amigos les dijera que fuèramos a los tacos Zaragoza no llegarìamos a ninguna parte.

El nombre, estoy seguro es lo de menos.

El taco al vapor se come mucho en Guadalajara y se me ocurre que pudiera tener su origen en los tacos de canasta chilangos. Vaya ud a saber. Lo que si sè es que se ha convertido en un desayuno tapatìo ràpido pero sustancioso y al alcance de cualquier bolsillo.

Yo conozco 5 sucursales, todas ellas mòviles, pequeños restaurants montados sobre una moto de 3 ruedas, con todo lo necesario para hacerlo sentir a uno que està comiendo unos tacos a todo dar. Por menos de 30 pesos adquiere uno un desayuno antihigiènico, banquetero y democràtico, grasoso y enchiloso, rebosante de estilo y Mexicanidad.

Estòmagos delicados o señoritas que no coman chicharròn abstenerse.


Hay una moto Por Chapultepec afuera de una tienda de ropa, otra en Mexicaltzingo a media cuadra de Chapultepec, un tercero por Av Agustìn Yañez afuera del edificio de seguros Monterrey, otra muy cerca del Centro Magno y a la que asisto con màs frecuencia que està en la Glorieta donde coinciden Eulogio Parra y Lòpez Mateos, frente a una farmacia Guadalajara.

Deshebrada, chicharròn , papay frijol. ¿ De cuàl le damos joven ? escucho mientras un escalofrìo de placer recorre mi espina dorsal. Invariablemente exclamo dos de frijol y uno de chicharròn, la combinaciòn perfecta para iniciar este banquete urbano.

Es preciso hacerse de la vista gorda ante ciertos elementos del paisaje, tales como el smog o un basurero cercano, o palomas que se cagan por doquier, ya que ahì no està la escencia del asunto, sino en lo sàpido de los tacos y lo sensacional de los acompañamientos. A la chingada con la higiene y el recato pues.

enfilados y esperando al comensal se encuentran la cebolla desflemada con chile habanero, col en abundancia, guacamole, salsa verde sin chile y salsa roja picante. Es preciso tomar una cucharita para poder gozar sin tapujos la experiencia o de plano meter bien la mano para poder abarcar el festìn al que hemos convocado en nuestro plato.

De rigor siempre pido otro plato con dos de frijol, en parte por glotòn y en parte para poder sepultar los dos taquitos en montañas de verdura y salsa. Aquì jamàs lo ven a uno feo por abusar de lo que uno quiera ponerle, ni que fuera un restaurant decente, faltaba más.

Lo ùnico que siempre me pone triste es cuando doy el ùltimo bocado y recuerdo que no debo pedir màs de 5, so pena de convertir mi auto en una càmara de gas tipo auswitchz y mi mujer saque el tema del divorcio, nuevamente.

Vale la pena ir crudo o desvelado, eso exalta la experiencia y cuando uno dispone de digamos 15 o 20 pesos puede estimular sus sentidos sin reparo alguno.

Me diò una nostalgia terrible de aquellos tiempos en los que pedìa 12 o 13 por visita.

Vamos a los de la moto

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